
Publicado: marzo 18, 2025
Alarma sanitaria: 900 casos diarios en promedio
El Ministerio de Salud ha reportado un aumento significativo en los casos de enfermedad diarreica aguda en Costa Rica, con un promedio de 900 casos diarios en lo que va del 2025. Según el último boletín epidemiológico, el país ya acumula 66.007 diagnósticos de esta afección, lo que ha encendido las alertas en las autoridades sanitarias.
Si bien en las últimas semanas la tendencia ha mostrado una leve disminución, la cantidad de casos sigue siendo motivo de preocupación. La entidad ha instado a la población a reforzar las medidas de prevención para evitar un repunte.
Factores detrás del aumento de casos
Según el Ministerio de Salud, la alta incidencia de diarrea podría estar relacionada con diversas causas, incluyendo:
✔ Falta de higiene en la población, especialmente en lo que respecta al lavado de manos.
✔ Contaminación del agua potable, lo que aumenta el riesgo de infecciones bacterianas y virales.
✔ Manejo inadecuado de alimentos, que facilita la proliferación de microorganismos nocivos.
La médica infectóloga Natalia Solís advierte que la falta de acceso a agua potable en algunos sectores de San José y otras comunidades del país podría estar contribuyendo a este problema.
«Muchas personas han descuidado el lavado de manos, lo que es una de las principales causas del aumento de diarreas. Además, cuando hay interrupciones en el suministro de agua potable, la situación se agrava aún más», explicó la especialista.
Comparación con años anteriores
El incremento en los casos de diarrea no es un fenómeno aislado. En los últimos años, las cifras han sido elevadas:
2024: 463.484 casos reportados.
2023: 315.000 casos registrados.
El aumento de más de 148.000 casos entre 2023 y 2024 refuerza la necesidad de una mayor conciencia sobre las medidas preventivas.
Recomendaciones para prevenir la enfermedad
Ante esta situación, el Ministerio de Salud recomienda a la población:
Lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer y después de ir al baño.
Consumir agua potable segura, ya sea filtrada, hervida o embotellada.
Evitar el consumo de alimentos en mal estado o manipulados sin higiene adecuada.
Desinfectar frutas y verduras antes de su consumo.
Estas acciones pueden marcar la diferencia en la reducción del número de casos y evitar complicaciones graves en la salud, especialmente en niños y adultos mayores, quienes son los más vulnerables a esta enfermedad.